Es mejor apoyar la igualdad con acciones, que apoyarla con palabras
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Pedro Bavasso |
Durante los años sesenta uno de los asuntos
internacionales que más publicaciones generó fue el de la denominada "revolución
sexual", y en los últimos tiempos es la cuestión del género la que está
engendrando un mayor número de investigaciones.

El inconsciente social se
refiere a la existencia de restricciones y limitaciones de los acuerdos
establecidos en lo relativo a temas sociales, culturales y de comunicación, y
cuyos grados de variación no son percibidos conscientemente por los individuos.
Esto incluye ansiedades, fantasías, mitos, defensas y relaciones objetales, al
igual que varios aspectos de factores y fuerzas
socio-culturales-económico-políticas muchos de los cuales han sido también
co-construidos inconscientemente por miembros de grupos específicos.
De acuerdo con la reciente
definición de Weinberg del inconsciente social, los mitos y los cuentos de
hadas son reconocidos como portadores de estos mensajes y reveladores de las
ansiedades de una sociedad en particular.
Para apuntar varias
cuestiones al respecto, revisamos los artículos de Raufman, Weinberg y Roth,
autores que han ofrecido contribuciones importantes y novedosas en este
sentido.
Su principal argumento es
que tanto los textos literarios, como las historias cortas populares o los
cuentos de hadas, pueden considerarse como una excelente expresión de los
conflictos colectivos inconscientes de una sociedad. Desde las exploraciones
teóricas de Freud, los cuentos de hadas y los mitos han sido considerados como
fuentes valiosas para la exploración de la mente humana y la comprensión de cómo
funciona, incluyendo los posibles significados inconscientes.
El hecho de recopilar cuentos de hadas juega un papel equivalente al de recopilar memorias de la infancia (Freud 1913).

Estas teorías no reclaman
que los mitos y los cuentos de hadas sean inconscientes, sino producto de la
consciencia que pueden expresar, reflejar y hacerse eco de las dimensiones inconscientes
y de forma indirecta, ayudan a integrar estas dos divisiones de la mente entre
la sociedad y los individuos.
Zipes señala que hasta el siglo XIX los cuentos de hadas no fueron recogidos y contados para las mujeres.
Además, la mayoría de las colecciones de cuentos, que se pudieron escribir y
leer sobre los mitos recogidos, así como libros religiosos, y otros textos, excluían
a las mismas.
En términos de cuentos de
hadas, mitos y cuentos populares, existe una co-construcción interactiva entre
el individuo y el cuento, una incorporación social en cada cuento y la persona
o el grupo social que “inventó” el cuento dentro de un determinado contexto
social y ansiedades determinadas.
Parece claro que el
atrincheramiento cultural de los cuentos de hadas en las sociedades
occidentales ha ocurrido en una cultura dominada por los hombres y mayormente
para niños varones.
Hay que tener en cuenta
que los cuentos de hadas y aportaciones religiosas al inconsciente social
parecen ser predominantemente masculinos. De hecho, desde un punto de vista
psicoanalítico, esto no es accidental.
En este sentido, se han
encontrado más de 24.000 cuentos populares, todos ellos transmitidos oralmente,
principalmente por mujeres. La comparación de éstos con sus paralelos en
famosas colecciones modernas recopiladas e impresas por hombres, ha sido objeto
de numerosas investigaciones.
Dundes (1989) señaló la
necesidad de estudiar las versiones particulares de cuentos populares comunes a
una comunidad étnica específica para poder detectar las formas en las que el
folclore es modificado para encajar con la ideología local o las tendencias
mundiales del momento. Otros autores también señalan el rol que los cuentos de
hadas juegan en la socialización de género al haber sido modelados e influidos
por las agendas culturales, sociales y políticas de la comunidad.
Una revisión de cuentos de
hadas "feministas" se puede encontrar en el trabajo realizado por
Haase (2000). Una buena forma de trazar la voz femenina es buscar las
narraciones transmitidas oralmente por mujeres y compararlas con las
colecciones impresas de cuentos bien conocidas y frecuentemente publicadas por
hombres.
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Foto: Gustavo TM |
Un ejemplo podría ser el
de la joven que se sacrifica por la supervivencia de su hermano en el cuento de
los Grimm "Los Doce Hermanos" en el que la heroína es condenada a un
silencio prolongado para poder salvar a sus hermanos del hechizo de la bruja.
Si se compara esta versión de los hermanos Grimm con sus paralelas orales
recogidas en los archivos de los cuentos populares israelís, éstos presentan a
una heroína que no para de hablar para mantener a sus hermanos vivos y humanos.
Algunos colectivos (‘ex
feministas’) que han estudiado los personajes femeninos silenciosos en los
cuentos de hadas, asocian el discurso con la acción, expresando su voz y
pidiendo libertad. Por su parte, el silencio suele ser percibido como algo
inferior al discurso y se ve a los personajes silenciosos -frecuentemente
femeninos- como de naturaleza pasiva, en comparación con la figura del varón
activo. Estas interpretaciones están alineadas con el gran número de
publicaciones dedicadas al estatus de las mujeres y la forma en la que son
percibidas en términos de discurso y silencio.
En este sentido, se han
propuesto algunas soluciones. Una de ellas, la opción de reescribir los cuentos,
no resuelve el problema de las representaciones de los estereotipos de los
roles de género, ya que se descontextualiza el relato y pierde el sentido que
en su día tuvo a nivel social y cultural. Por ello, se han propuesto otras dos
alternativas:
La primera es hacer una
relectura de estos cuentos revelando los mecanismos sociales que operan en la narración
y enfatizando visiones alternativas en relación con el discurso y el silencio. En
esta línea, desde la teoría psicoanalítica, los silencios adquieren cualidades
creativas y comunicativas. La práctica psicoanalítica reconoce la necesidad de
mejorar los métodos de escucha de los silencios del paciente, con el fin de
identificar qué es lo que está queriendo decir con ese silencio. Se han
identificado dos categorías de silencio, una de ellas lo considera como una
resistencia en la que el paciente, de manera consciente o inconsciente, no
quiere hablar; el reto en este caso es superar el obstáculo por medio de la
identificación de las dinámicas que subyacen a esta resistencia. La segunda
categoría considera al silencio como un poderoso elemento de la comunicación, a
través del cual ciertas cosas, que no pueden ser expresadas en palabras, pueden
ser elaboradas. Adoptando este enfoque, se puede articular la forma en la que
"escuchamos" al silencio de las heroínas de los cuentos de hadas.
En línea con lo que dice
Bacchilega (1997), los cuentos de hadas sirven como espejo, reflejando al
intérprete. Massoud Khan (1974) describe la terapia con un joven de núcleo
esquizoide, en la que el silencio era una forma de recrear las experiencias de
su primera infancia y sus intentos por comunicarse con una madre depresiva.
Solo a través del silencio, el paciente fue capaz de expresar un mayor rango de
sentimientos y emociones al terapeuta. En este caso, como herramienta de
comunicación, no solo el silencio no se entiende como "inferior" al
discurso, sino que se considera como un tipo de creatividad mental.
Desde esta reflexión, es
posible adoptar una perspectiva diferente con respecto a las heroínas
silenciosas de los cuentos de hadas. Una perspectiva que nos anima a hacer una
cuidadosa escucha de su silencio, intentando revelar sus diferentes
significados ocultos y no verlas automáticamente como heroínas sacrificadas. En
su lugar, este sacrificado silencio puede verse como un grito de auxilio
producto de la discriminación social.
La segunda alternativa, es
la que hemos mencionado anteriormente: comparar los textos impresos masculinos
con los orales femeninos. Las heroínas mostradas en las versiones orales son
más activas que las expuestas en las versiones de los Grimm. No solo no son
silenciadas, sino que parecen tener más grado de libertad en cuanto que la
belleza no es su principal característica. Es cierto:, aún queda mucho
trabajo por hacer para conseguir la igualdad y no estamos sugiriendo que los
cuentos no contengan sesgos de género o discriminación sexista. N obstante, la
oportunidad de comparar los cuentos orales con los escritos puede ayudar a
revelar algunos de los mecanismos sociales involucrados en este tema.
El inconsciente social,
como ya hemos comentado, se nutre de las historias populares como códigos de la
experiencia social y a través de ellas, vamos viendo sus cambios y evolución a
través del tiempo.
De manera gradual, la
palabra escrita ha ido reemplazándose por películas y animaciones y a la
colección de conocidos cuentos de hadas se han incorporado “El Mago de Oz”,
Harry Potter, los Juegos del Hambre, y muchos más que dan cuenta de la
situación cultural, social, política y económica actual. En cada uno de ellos,
el héroe o la heroína afronta un peligro o tiene que hacer un viaje, debe
superar obstáculos y, en la victoria, permanecen ‘puros e inocentes’. También encontramos
libros que impactan en la sociedad de manera no esperada (como es el caso de 50
sombras de Grey).
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Foto: Albert García |
Plataformas de juego,
youtubers, redes sociales, todos juegan un papel importante en cuanto a la
transmisión y reflejo de la sociedad actual, en cuanto a comportamiento,
pensamiento y preocupaciones del momento, son portadores de estos mensajes y
reveladores de las ansiedades de una sociedad en particular.
¿Qué es lo que hoy en día
hace que una película, un libro, etc. triunfe e impacte en la cultura? Shudson
identifica cinco factores para explicar el éxito de una idea, tomando el
ejemplo de 50 Sombras de Grey:
- Recuperabilidad (accesible a las personas) se consigue por medio de internet y mecanismos de lectura electrónica.
- Fuerza retórica (resulta atractivo) por su contenido erótico/pornográfico.
- Resonancia (relevancia para ser público) con una cultura en la que la sexualidad se ha ido volviendo cada vez más autónoma, un campo de acción independiente que contiene sus normas y sus valores propios.
- Retención institucional (capacidad de alcanzar a muchas personas) reside en que movilizó muchas organizaciones sociales.
- Resolución (capacidad de influencia) debe encontrarse en el hecho de que ha tenido un impacto significativo en la vida sexual de sus lectores.
Illouz dice que intenta
comprender cómo el intenso placer que provoca la lectura de la trilogía resuena
con la estructura sociológica de las relaciones de hombres y mujeres en la
actualidad. Dicho de otro modo: cómo encaja en las estructuras culturales de
países posfeministas en el capitalismo tardío… Entender un relato no es
simplemente un proceso cognitivo, sino un difuso y complejo proceso en el que
usamos la cultura (sus valores, sus historias e ideales) para dar sentido a
nuestra propia experiencia. En definitiva, se trata de entender por qué ciertas
narraciones son tan “apropiadas” para su sociedad.
Podemos suponer que los
best seller codifican condiciones sociales que amenazan la capacidad de los
individuos de perseguir algún objetivo central, como la sociedad, la felicidad
o la riqueza material.
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Foto: Mehran-Djodan |
Sumado a todo lo anterior,
está el hecho de que el feminismo ya no representa únicamente un movimiento
político, sino un código cultural utilizado en la publicidad, series de
televisión, películas y novelas.
Ahora bien, tal y como se
pregunta Núñez, si bien el feminismo ha hecho progresos en el lugar del trabajo
(con la demanda de igual paga y representación en los puestos de dirección), dicho
progreso no es palpable en las esferas del consumo y de los medios, donde las
mujeres están hoy todavía más sexualizadas, y el control de los hombres se ha
profundizado. El resultado ha sido una mayor sexualización de la identidad de
la mujer… Es a través del sexo y la sexualidad que se muestra a las mujeres
realizando un simulacro de su emancipación.
De este modo, parece que
la sociedad actual intenta incorporar nuevos códigos y símbolos, mientras lucha
contra opciones imparciales que, o bien rebaten el statu quo y la historia cultural con posiciones y dudas extremas en
materia de género; o bien se acomodan en resoluciones de pseudo-igualdad con el
objetivo de satisfacer ciertas demandas sociales. Aunque cada vez se hagan más
esfuerzos por comprender el tema y generar cambios, convivimos en una sociedad
en donde la igualdad de género sigue siendo una entelequia. El tema representa
uno de los tópicos y reflexiones que más inconsistencias genera a nivel
personal y social; lo cual sin duda tiene que ver con el material de aquel
inconsciente social que emerge en las narraciones sobre las que hemos reflexionado.
Ser consecuente con un compromiso ideológico en cuanto a la igualdad, requiere
dotar de nuevos significados las narraciones, de forma que consigan enriquecer
dicho cambio.
Como muestra de la
dicotomía en la que actualmente nos encontramos, pasamos dos ejemplos que lo
ilustran:
- Vídeo en youtube que satiriza la prohibición de las mujeres saudís al volante. "No Woman, nodrive" (2013)
- Artículo y publicidad de Vogue:
Y, por último, transcribimos un párrafo publicado por Lola López Mondéjar con opiniones al respecto:
El inconsciente es machista y sexista, insisto, porque se formó a partir de un lenguaje patriarcal que aún no podemos matizar suficientemente para que se incluya a las mujeres; porque incorporó relaciones familiares donde la dominación masculina y el privilegio epistémico del varón eran la norma; porque reproduce involuntariamente una cultura donde la mujer ocupó siempre lugares subordinados. Todo esto construyó nuestros mecanismos más íntimos, y configuró la subjetividad de hombres y mujeres al modo convencional. De ahí que, en la lucha por la igualdad, el escenario de la batalla haya de ser tanto interno como externo. Porque no se trata solo de cambiar nuestra conducta racional aplicando voluntad y cognición, sino de vigilar una disposición inconsciente automática, irracional y, a menudo, sutil, que persiste en actitudes en las que quizás no nos reconozcamos, tan contrarias pueden llegar a ser respecto a nuestra representación consciente. Es por eso que la auto-vigilancia tiene que ser estricta, porque la identificación de las inercias no es fácil, y porque el patriarcado cuenta con un terrible cómplice interior. Un cómplice con quien en algunas cuestiones es difícil negociar, que nos llena siempre de contradicciones. Un cómplice que ríe los chistes machistas, por ejemplo, o que educa de forma diferente en las tareas domésticas a nuestros hijos que a nuestras hijas. Todo ello, a nuestro pesar.
Fuentes:
- Eva Illouz - Illouz, E. (2014) Erotismo de autoayuda. Cincuenta sombras de Grey y el nuevo orden romántico. Buenos Aires: Katz. Socióloga y escritora (1961) - 2 de junio de 2015 - Marta Hurtado de Mendoza — @pandademendoza
- https://fnunezmosteo.wordpress.com/2015/03/26/cincuenta-sombras-de-grey-segun-eva-illouz/
- Benneth Roth (2015) Does the Social Unconscious have a Gender? Response to Tubert Oklander's (2014) and Raufman and Weinberg's (2014) articles on the Social Unconscious
- Ravit Raufman and Haim Winberg. Response to Bennett Roth's (2015) Does the Social Unconscious have a gender? Response to Tubert Oklander's (2014) and Raufman and Weinberg's (2014) articles on the Social Unconscious
- http://www.vogue.es/moda/tendencias/articulos/tendencia-genero-neutro-genderless-moda-unisex/22643
- http://www.fao.org/gender/gender-home/gender-why/por-que-el-genero/es/
- https://www.youtube.com/watch?v=Ko9IyZUO0-o
- Lola López Mondéjar. El inconsciente es patriarcal: cuidado con él. http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2017/03/08/inconsciente-patriarcal-cuidado/811655.html
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