martes, 8 de abril de 2014

Cuando el cuerpo cuenta lo que no se sabe expresar

La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma - Bach

Somatización - Psicosomática - Proceso psicosomático - Enfermedad y Psique.

Fotografía de Isabel Sanfeliu
Buscando alguna de estas entradas en internet tropezamos con una inquietud general por entender lo que el cuerpo nos quiere decir. Parece como si los métodos que hasta ahora se estaban utilizando para buscar explicación a las enfermedades no hayan sido suficientes y haga falta "algo más" para poder establecer esa conexión cuerpo-mente que a muchos parece escapar de su entendimiento.


Nuestro cuerpo tiene la capacidad de delatar muchas cosas que omitimos a nivel elaborativo o verbal, con sus gestos, movimientos, tics y expresiones, el mensaje se "cuela" subliminalmente.

Lo mismo ocurre con la enfermedad. El cuerpo inevitablemente conectado con lo psíquico, acaba alertándonos, comunicándonos que algo pasa, que le prestemos atención, pero por la razón que sea, no alcanzamos a comprender eso que expresamos a nivel físico.

Actualmente, ante la aparición de las nuevas investigaciones en neurociencias, llega un momento de tregua. Ahora, casi todo encuentra una explicación fisiológica que nos tranquiliza y vuelve a «adormecer» esa molesta inquietud."¿No podemos dormir?: nuestro cuerpo no genera la suficiente melatonina"; "¿Me encuentro muy cansada?  el tiroides no segrega suficiente hormona tiroidea".

Aunque lo anterior no deja de ser cierto, una visión reduccionista y simplista podría alejarnos de la comprensión acerca de qué es lo que ocurre. Esto nos resta efectividad a la hora de encontrar remedios o buscar soluciones más estables que temporales. Como sostiene Weiszenbaum, la comprensión de un significado humano requiere la participación del conjunto entero de la estructura orgánica del hombre.

Ante la incapacidad de la comprensión de las causas del síntoma, o bien ante la gravedad del mismo, esperamos que la ciencia nos brinde la cura mágica que nos permita eliminar las molestias físicas que nos dificultan el día a día, como si de un agente completamente externo a nosotros mismos se tratase. Nuestra invitación va en línea de lo comentado por Chiozza: el enfermo que no cambia es el que no ha logrado comprender; es necesario comprender para curarse. Con esto, abrimos la puerta para reflexionar sobre la posibilidad de analizar, buscar los distintos factores que pueden estar relacionados con el malestar. De esta forma, hablaríamos de una cura más genuina.

Personas con el coraje suficiente para echarle un vistazo a «la totalidad» nos permiten adentrarnos en una visión de la enfermedad desde lo complejo, integrando los sistemas biológico, psicológico y social. Nos referimos a la Teoría de la Complejidad y su aplicación al Proceso Psicosomático, tal y como lo describe Nicolás Caparrós.


El hecho psicosomático es multidisciplinar, en él participan la biología, la neurología, la teoría de la evolución, la endocrinología, la inmunología y, desde luego, el psicoanálisis, nuestra principal orientación. El proceso psicosomático es la progresiva desorganización psicológica que acaba afectando a nivel biológico.
Fotografía de Mercedes Albizua

La enfermedad psicosomática se constituye cuando el sistema nervioso neurovegetativo pasa a ser el medio de expresión de los conflictos, saliendo así de la esfera de sus funciones habituales. Toda un área de la personalidad se expresa a través del cuerpo del paciente cuya interioridad ha sido postergada, cuya unidad psique-soma ha sufrido una ruptura en algún momento de su desarrollo. Caparrós apunta asimismo que la forma que adoptan las somatizaciones depende de la herencia, la vida intrauterina y el nacimiento, el pasado psicosomático y la acción de agentes exteriores.

Por otra parte, Chiozza comenta acerca de cómo la medicina actual no sólo ha descubierto la penicilina, los efectos del estrés, la tomografía computarizada, el trasplante cardíaco, la cirugía con rayos láser, o los anticuerpos monoclonales; también ha comenzado a descubrir que las enfermedades físicas son manifestaciones de un drama oculto, que compromete la vida entera del enfermo. A veces podemos hacer desaparecer los síntomas de una enfermedad sin que la enfermedad misma haya mejorado. De un modo similar, cuando la enfermedad "desaparece" por haberla "aislado" y "combatido", como si se tratara de un problema que sólo afecta a una parte de la estructura física del hombre, el drama que se oculta en ella suele, casi siempre, empeorar. El caso típico de la persona que se enferma inmediatamente después de haberse jubilado. Por este motivo, el conocimiento de lo que una enfermedad concreta significa como "capítulo de la biografía" de un hombre, suele ser tan importante como obtener su alivio.

En la práctica médica habitual, solemos encontrar que los médicos que atienden cuentan con un tiempo limitado de atención por paciente lo que no facilita la escucha de la historia sintomática del paciente más allá de los aspectos fisiológicos. Afortunadamente, esto va cambiando poco a poco hacia una atención más «compleja». A este respecto Essedik Jeddi nos recuerda que todo médico debe elaborar un esquema para la escucha privilegiada del enfermo y su enfermedad, en el contexto de su propia biografía y experiencia vivida. El encuentro con el paciente debe estar dotado de un saber capaz de escuchar la queja y dará sentido al sinsentido con el que el enfermo se puede ver confrontado.

Si el cuerpo habla, conviene intentar escucharlo y si no se comprende, una alternativa sería la búsqueda de alguien que pueda proporcionar la ayuda necesaria para que ser capaz de hacerlo. Como comenta Jeddi, querer hablar es querer ser comprendido, es también decirse y escucharse, diciéndose uno mismo a través del eco que el otro le reenvía. Todos necesitamos de manera saludable de un oyente que escuche y nos haga escucharnos. El concepto de salud también está asociado a buscar el espacio para organizar las ideas, emociones y vivencias, así como para entender aquellos mensajes del cuerpo que puedan estar pasándose por alto. Es importante aprender a escucharnos, escuchar nuestro cuerpo, así como la forma en la que damos sentido a nuestra biografía.


Artículo escrito por Kreadis con información de: Nicolás Caparrós en "El proceso psicosomático" (2008), Luis Chiozza en "Por qué enfermamos" (1986); Essedik Jeddi en "Verdad de la Enfermedad" - Viaje a la Complejidad, Tomo IV (2013) y Wisenbaum (1976)

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